jueves, 29 de octubre de 2009

“Empieza ya la nieve a descender sobre la cabeza del poeta; una por una, las ilusiones juveniles han ido cayendo, y en este otoño, quizá prematuro, de su vida, se siente solo, dentro de un ambiente frío, que el invierno próximo hará talvez muy penoso. Pero tras esa perspectiva inmediata de sombras, surge un tenue vislumbre, que el tiempo, soberano señor de la tierra y de los cielos, irá lentamente convirtiendo en una aurora radiante […]”
Fragmento del prólogo de Miguel Cané para el libro “Nuevos Cantos” (Calixto Oyuela). Enero 1905

[Un siglo después…]
Empieza ya la nieve a ascender por la nariz del rockero; una por una, las ilusiones juveniles se han ido arraigando en su conciencia, y en esta primavera quizá demasiado eterna de su vida, está rodeado de trolas y choborras fisurados que afirman no entender nada, dentro de un ambiente caluroso y con el aire lisiado por el olor a sobaco de los ensayos, que en el verano próximo será inclusive más desagradable. Pero tras ese panorama infernalmente paradisíaco surge desde la sombra la tristeza de quien no goza, quel sistema, soberano y señor de los prejuicios, irá zarpadamente encerrando en un trabajo que odia para comprar cosas que no necesita...

El Porrero

El poeta agarró la guitarra
y ahora es un rockero.
De vez en cuando piensa en metáforas
pero pasa mucho tiempo escuchando Loquero.
Ahora sus metáforas se llaman flashiadas
y las rimas en sus versos entran casi a los pedos…
y a las palabras les inventa el lugar del acento…
Qué genio…

El poeta agarró la guitarra.
Aunque talvez sea muy poeta para ser rockero
y a la vez indigno del género de Homero.