sábado, 19 de junio de 2010

Fiebre de Sábado por la mañana

Lo primero que siento es el sudor espeso en mi cara y una intensa necesidad de bañarme para deshacerme de este olor a cigarrillo inexplicable que parece estar más adherido a mí que mi propia sombra. Puedo asumir por el sabor amargo de la saliva que talvez haya un teletubi muerto en mi boca haciendo rancio el olor de mi aliento. El volumen del zumbido en mis oídos está más alto que nunca y es atroz mi falta de coordinación para realizar cualquier tipo de movimiento que me acerque un poco al cagadero y dirigir las arcadas involuntarias de mi estómago que, temprano en la mañana, se deshizo de todo material inflamable y aún así algo se incendió. Quizá si continúo vomitando aire sofoque este fuego, quiera Dios. Cada bombazo de mi corazón empuja veneno a mi cerebro por lo que evito hacer movimientos que aumenten su circulación. Los primeros recuerdos me humillan desde el entierro con su legado que es la vergüenza y un penetrante olor conocido se eleva desde mis lienzos y anuncia que talvez… TALVEZ... me haya cagado encima.

domingo, 13 de junio de 2010

Receta para la Reveladora Depresión

Nada ahí llama mi atención.
Me cansé de mis deseos, de mis sueños y de mi ambición. Hoy no quiero estar ungido en mi propia percepción. Quiero ser dueño de mis sentidos y olvidarme de mis libros, la música, mis vicios, del cine y la play-station 2. Es aturdidor perderme a mí mismo al punto en que se me olvida porque amo lo que amo, quiero lo que quiero y odio lo que odio…aunque dicen por ahí que eso es todo lo que soy.
Yo no lo creo...
Me niego a creer
que no quiero ser
porque no he sido
y, te lo digo,
no es ese mi deseo…
He dado santuario a todos, del primero al último de los vicios que han querido ser parte de mi viciario. Y he sido un patrono razonable e indulgente a los pedidos de mi cuerpo, que pidiendo con descaro terminó por esclavizar a mi mente. Pero este es mi turno y te prometo que me vas a extrañar. Yo sí que estoy caprichoso el día de hoy y me la voy a faquin cobrar. Dame todo: quiero devuelta mi mente, quiero reembolso por todo las ideas que compré, las garantías que vencieron rotas mis cosas un día después, quiero mis vicios, mis recovecos, mis pasiones y decepciones, los refugios de mi mente y hasta mis ganas de coger. Lo quiero todo reunido en una sola gran pila para prenderla fuego en una hoguera de principios y falta de fé. Que arda bajo la parrilla del asado de Belcebú. Quiero más y más me voy a dar. No quiero todo… quiero más, a ver si me entendés. Me lleve a dónde me lleve, quiero más.
A quien corresponda: acaba de leer la receta para la depresión reveladora. No la niegue, no la duerma, no le tema a la intuición… Usted está por tomar, de las decisiones erradas, la peor. Porque se lo garantizo… no es sólo mera intuición.