domingo, 30 de agosto de 2009

Peter Punk

Recuerdo que cuando era chico quería ser rockero… Jaja, qué pendejo hijo de puta. Luego crecí y comencé a tener el deseo de convertirme en un profesional. Convertirme en un prestigioso Doctor caritativo y ganar el premio Nobel de medicina por el descubrimiento de la cura a alguna enfermedad devastadora. But then… I became a men y descubrí que la manera con la cuál deseaba ganarme la guita… era siendo un rockero.

martes, 25 de agosto de 2009

Dawn

Yo veo que sale el sol. Pero dicen, dicen por ahí que es la tierra que se mueve. Y dicen… que la plata mueve al mundo. Sin embargo yo veo salir el sol. ¡Bah! No siempre lo veo. Lo veo ciertas ocasiones en las que ¡Oh, coincidencia! daría lo que fuera porque la noche no terminase jamás. Dicen… dicen que la plata mueve el mundo. Pero ellos dicen muchas cosas. Ellos se la pasan hablando… porque su mundo se mueve a mil por hora. Así la vida se les va de las manos mientras se aferran a algún sueño vano que, de tan tangible que es, ni sueño llega a ser. Así que se la pasan hablando. Miles son las veces que establecieron relaciones costo/beneficio. Cero de ellas midieron si sus palabras eran dignas del silencio que iban a romper. Yo veo que sale el sol mientras escucho a un tipo hablar de como la plata mueve al mundo. Si supiera él que yo recién me estoy yendo a dormir.

domingo, 23 de agosto de 2009

Paroxismo

Amo la anestesia. Ella es mi Dios. Por ella respiro. Por ella descanso. Por ella me alimento. Por ella me mantengo sano. Porque la anestesia se compra trabajando. Y a cambio, ella, me anestesia cuando duele la vida, que es mi trabajo, por el cual descanso, me alimento y me mantengo sano.

miércoles, 19 de agosto de 2009

La receta es: Una injusticia y una venganza

“Me dijeron que aquí me darían lo necesario para empezar la guerra. Pero debo admitir que he quedado perplejo al encontrar… ¡Bueno! al no encontrar, en realidad, armas de ninguna clase: chalecos, fusiles, tanques, buques de guerra, armas de destrucción masiva ¡Y todo a precio de ganga se suponía!... ¡Ah! Para ser sincero estoy furioso –muy furioso. Ni siquiera aparenta usted tener en su posesión la más rudimentaria de las armas… Nada me impide que en este momento saque, yo, el revólver y le propine un merecido tiro en la cabeza por hacerme perder el tiempo.”
“Veo que ostenta mucho dinero… habla de comprar: tanques, buques de guerra, armas de destrucción masiva. Sin embargo revelan sus palabras más que solamente el tamaño de su billetera. Revelan que usted es un idiota y que la plata que tiene le cayó como del cielo… del bolsillo de algún pariente en pleno acenso ¡Bah! Si tal existiera, su guita habrá emergido desde un géiser alimentado por las eternas llamas del averno donde arden las pertenencias de aquellos que tanto atesoraron mientras vivieron. Ahora escuche y tenga paciencia, que, de todas las estupideces con las que arruinó el silencio, me es dificultoso discernir cuál debo enmendar primero.
Usted habla de empezar la guerra. ¿Acaso no sabe usted que es añejo patrimonio de la humanidad?
Habla de comprar armas. ¿Acaso piensa usted incrementar su capital empuñando el fuego?
Y luego dice que no tengo armas para darle muerte. ¿Acaso desconoce usted que no existe beneficio alguno en darle muerte a mi clientela?
La máxima rentabilidad con el mínimo de inversión, eso es lo que usted busca, mi codicioso idiota. Use las guerras que usted no empezó. Que los hombres compren el fuego que consuma su cordura convenciéndolos de que empuñan el poder. Y a mí déjenme en paz.
Lo que usted busca es sembrar la semilla de una injusticia desgarradora y que el tallo de una venganza sangrienta se abra camino en el suelo seco, fácil de resquebrajar.”

martes, 4 de agosto de 2009

¡De una!

"en caso de que llegara un honrado Juan del desierto, libre de toda maldad, dedicado con todo su corazón y con todo rigor a la búsqueda de la verdad, en caso de que nos ofreciese ahora los frutos de tal búsqueda, ¡qué recibimiento podría esperar de esos negociantes de cátedras sometidos a los intereses del Estado!"
Arthur Schopenhauer.

Posta...