Amo la anestesia. Ella es mi Dios. Por ella respiro. Por ella descanso. Por ella me alimento. Por ella me mantengo sano. Porque la anestesia se compra trabajando. Y a cambio, ella, me anestesia cuando duele la vida, que es mi trabajo, por el cual descanso, me alimento y me mantengo sano.
domingo, 23 de agosto de 2009
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